(PRIMERA PARTE: GEOMORFOLOGÍA)

Montaña Grande y su Malpaís destacan en la plataforma costera del valle de Güímar. ¿Quieres conocer este valioso enclave de la costa de Tenerife? Te proponemos un viaje por su geomorfología, su biología y la lucha por su conocimiento y conservación de la mano de nuestro socio Juan Montesino Barrera.

EL ORIGEN DEL MALPAÍS DE GÜÍMAR

Durante una erupción que tuvo lugar hace unos 10.000 años se formó primero un campo de lavas basálticas en forma de abanico que cubrió casi todos los materiales claros pumíticos y otros basálticos existentes en la zona, ganando además terreno al mar.

El cráter se formó en la última fase de la erupción, creciendo en altura en el centro de emisión de las lavas, con un surtidor telúrico de picón, cenizas y bombas volcánicas (piroclastos). También hubo alguna explosión al final, cuando se produjo el cráter de unos 40 m. de profundidad interior y un derrame de material fundido que formó unas planchas de lava visibles en su ladera.

Montaña Grande o de Archaco, tiene, actualmente, una altura de unos 150 m. sobre la superficie circundante, Su cima está a 275 m. sobre el nivel del mar. En su lado Este hay dos pequeños conos mucho más antiguos, anteriores a las pumitas que los cubren.

Lo primero que destaca es la juventud de los materiales, pues son emisiones basálticas de la serie reciente que se han alterado muy poco, presentando el típico aspecto de malpaís.

Caminando por él, te das cuenta de que gran parte son lavas escoriáceas, pero combinadas con lajiales y lavas cordadas, más visibles en el entorno de los numerosos tubos volcánicos, algunos de varios metros de diámetro.

La juventud de los materiales unido a la aridez del clima da lugar a que los suelos sean poco desarrollados. Los lapillis son material más friable que las lavas y se meteorizan con más facilidad, por eso su volcán está en el origen de gran parte del suelo del malpaís. En pocos miles de años, el material fino, arcillas y limos erosionadas del cráter, se ha ido acumulando en las depresiones y grietas del abanico de lavas. También se ha cubierto una franja de arenas transportadas por el viento durante miles de años desde la playa del Socorro.

Tampoco podemos olvidar que en estos malpaíses recientes es importante la acumulación del polvo que aporta cada año el aire africano que invade las islas.

(Texto y fotos: Juan Montesinos Barrera. Biólogo, socio de la ACBC-Berthelot)

Próxima entrada: La biología del Malpaís de Güímar