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(SEGUNDA PARTE: LA BIOLOGÍA DEL MALPAÍS DE GÜÍMAR)
Esta semana seguimos de viaje por este magnífico enclave del sureste de la isla de Tenerife de la mano de Juan Montesino Barrera.
BIODIVERSIDAD
Al valle de Güímar llegan con facilidad los alisios que se desbordan por Anaga, pero las nubes solo se forman más al oeste en La Ladera. En el malpaís tenemos despejados la mayor parte de los días y la insolación es alta. Las precipitaciones anuales son escasas, menos de 300 mm. Por todo ello existe esta vegetación xerofítica del Tabaibal-Cardonal, bastante inalterada en gran parte del área, que resistió a los antiguos medios de roturación y sorriba y que hoy se debe conservar como un espacio protegido. Una maravilla en el valle de Güímar.

En una extensión que ronda los 3 km2 podemos encontrar hasta 8 comunidades vegetales, diferenciadas en función del sustrato, orientación y proximidad al mar. La flora representada supera el centenar de especies con un alto porcentaje de endemismos (60-70%). Además, se pueden hallar densidades de hasta 22 especies endémicas por Ha. Lo que es bastante alto para zonas áridas de este tipo. La fauna entomológica supera las 200 especies, siendo el porcentaje de endemismos muchísimo más alto (80-90%) y en algunos grupos del 100%.





También se encuentran en la parte superior del malpaís una interesante serie de tubos volcánicos, bastante amplios y extensos. Estas formaciones, aparte de su valor geológico, representan un interesante recurso arqueológico.

(Texto y fotos: Juan Montesinos Barrera. Biólogo, socio de la ACBC-Berthelot)
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